A veces merece la pena darte la oportunidad de ignorar los diálogos que surgen en la mente.
Pero no ignorar huyendo.
No correr y distraerte nerviosamente.
Sino simplemente, reconocer que solo son sonidos.
Más allá de las palabras hay una paz silenciosa.
Si escuchas con atención, la encontrarás.
Pero tienes que estar dispuesto a salirte de la ilusión.
Porque la Burbuja del Parloteo, como lo llamamos en nuestros sistemas, es un arma de doble filo.
Parlotear una historia bonita te puede aliviar.
Parlotear una historia fea te suele angustiar.
¿Y si escuchamos de otra manera?
No tanto para indagar en historias, dramas y cuentos.
Sino para ir más allá de las palabras en sí mismas.
Simplemente escuchando lo que estás oyendo.
Simplemente notando lo que estás sintiendo.
Sin añadir palabras a las sensaciones.
“Me siento fatal porque bla bla bla…”
No.
Ahora, mejor solo nota.
Pruébalo.
Respira profundo y solo nota.
Fijándote cómo…
… cuando ignoras las palabras…
… y te centras en sentir el movimiento de la sensación…
… no hay nada que “arreglar” o “solucionar”.
De vez en cuando, juega a ignorar las palabras, y curiosea el mero hecho de sentir.
Tarde o temprano, acabarás encontrando algo distinto:
Un conocimiento silencioso, pacífico, siempre a salvo.
Íñigo