No sé lo que se está acercando.
Nadie tiene una bola negra que prediga el futuro.
Pero, en base a los patrones actuales y pasados, creo que podemos prepararnos mejor para una vida sana, cuerda, segura y conectada con algo más allá de la neura de “más es mejor”.
Acabo de terminar de leer “El Enemigo Conoce el Sistema”. El libro de la periodista Marta Peirano, que explica cómo las empresas tecnológicas manipulan nuestro comportamiento para volvernos más tristes y agresivos (porque han descubierto que las emociones negativas generan más “engagement”, o dicho de otra manera, hacen que nos volvamos más adictos a su plataforma).
Instagram salió del Laboratorio de Tecnología Persuasiva de la Universidad de Stanford. Un centro fundado por Bj Fogg (científico experto en la psicología del comportamiento) para “crear máquinas que puedan cambiar lo que la gente piensa y lo que hace, y hacerlo de manera automática”.
No es conspiranoía mía.
Son hechos fácilmente verificables.
El libro de Peirano explica como a Bj Fogg parece habérsele ido un poco la cabeza con tanto poder:
“Convenció a la universidad de que las aplicaciones interactivas podían diseñarse utilizando las tácticas de ingeniería social conocidas por la psicología cognitiva, un campo que sumó a las técnicas de diseño interactivo de la ingeniería informática el epígrafe «captology», la ciencia de usar ordenadores como tecnologías de persuasión. Hablaba de ayudar a la gente a mantenerse en forma, dejar de fumar, gestionar bien sus finanzas y estudiar para los exámenes. Dos décadas más tarde, sus métodos son mundialmente famosos por haber generado miles de millones de dólares a varias docenas de empresas, pero no por haber ayudado a nadie a dejar de fumar.”
Ahora Fogg ha sacado un libro que te explica cómo mejorar tus hábitos.
Bien, vamos mejor.
También tiene un curso avanzado.
Genial. Me alegro de que ahora no solo enseñe sobre persuasión a las empresas, sino a las personas que quieren influirse positivamente a sí mismas.
Pero eso no cambia que Facebook, Youtube, Instagram, etc… tienen contratados a los mejores científicos del mundo expertos en manipulación del comportamiento.
Jaron Lanier, uno de los creadores de Internet e inventor del término «Realidad Virtual», llama a las redes sociales…
«IMPERIOS DE MODIFICACIÓN DE CONDUCTAS».
La tendencia apunta a que el patrón disfuncional sigue creciendo.
Y si tienes la suficiente agudeza sensorial, descubrirás que esas plataformas – aunque parezca que en un principio nos “informan” y “facilitan” la vida – en realidad nos están volviendo más compulsivos, tristes, miedosos, desinformados y débiles.
¿Cuál es la solución entonces?
Para mi, personalmente, esto:
Primero, vivir como un Meta-Aprendiz, es decir, un humano entrenado en el arte y la ciencia del comportamiento, para no caer en las trampas jugosas de la red. Para saber cómo construir hábitos sanos, estables y fuertes… y destruir hábitos insanos, debilitadores y adictivos.
Y segundo, hacer como diría Buckminster Fuller:
“No pelees con las fuerzas, úsalas”.
Si conoces los secretos científicos que usan estas plataformas, y sabes cómo implementarlos en tu vida personal, podrás usar la tecnología estratégicamente, sin que pueda debilitar tu sistema mente<>cuerpo.
Voy tan en serio con esto que he creado un Sistema Avanzado llamado Meta-Aprendizaje, un proceso de 6 semanas que te enseña los principios, técnicas y experimentos del cambio de comportamiento. Si quieres echarle un vistazo, aquí tienes más detalles.
Si no decides invertir en algo tan avanzado, te animo a empezar leyendo “Hábitos Atómicos” de James Clear, un gran libro que sintetiza información práctica y efectiva.
Hagas lo que hagas, tengamos algo claro:
Si nosotros no hacemos algo, no esperemos luego que el Estado o las Empresas cuiden de nosotros cuando estemos plagados de ansiedad y depresión.
Yo prefiero tomar Responsabilidad Radical de mi vida.
Y por eso elijo alegrarme de tener información tan transformadora a mi alcance.
Y me pongo manos a la obra.
HACIENDO ALGO.
Hoy en día no tenemos excusas (por mucho que a veces nos guste refugiarnos en ellas).
La psicología funciona.
La ciencia funciona.
Solo es cuestión de priorizar nuestro crecimiento interno (en lugar de vivir hacia fuera), integrando mentalidades fortalecedoras e implementando con dedicación y persistencia las prácticas que han demostrado generar resultados.
Cambiar es posible, pero hay que ganárselo (una verdad que no vende, pero, al menos para mi, es la verdad que prefiero).
Un abrazo,
Íñigo