Cuando has sufrido varios fracasos al intentar despertar tu confianza, puedes caer en un malentendido muy habitual.
En mis inicios ansioso-depresivos, intenté de todo.
Terapias psicológicas (tradicionales y modernas)
Coaching.
Retiros de meditación avanzados.
Cursos, libros, artículos, vídeos, etc.
Incluso, ya desesperado, todo tipo de remedios y pócimas “naturales” (que no se notaban nada).
Incluso psicodélicos peligrosos (que no recomiendo a la mayoría).
Llegué a creer que lo mío debía ser algún defecto neuronal.
Me identificaba como una persona “altamente resistente al cambio”.
Y cuanto más me identificaba con esa etiqueta… más fracasaba, más me costaba, más perdía la esperanza de cambiar.
Hasta que reconocí la trampa (que yo mismo había creado sin querer).
Cada vez que intentaba algo nuevo, la abordaba DESDE mis fracasos pasados.
Mi fórmula inconsciente era:
Fracasé + Fracasé + Fracasé = Seguiré Fracasando.
Imagina que tu mente organiza “el tiempo” en una línea. Ahora estás en el presente. Detrás tienes una línea que representa todo tu pasado. Y delante tienes la continuación de la línea que representa todo tu futuro.
Lo que estaba haciendo yo era “agarrar” mis fracasos pasados…
… ¡y los estaba “lanzando” al futuro en la línea del tiempo!
Era como si mis escenas pasadas estuvieran “contaminando” mis escenas futuras.
Las psicoterapias como el psicoanálisis parten de este paradigma. Su intención es entender el origen pasado de tus conflictos actuales. Pero el problema es que si buscas justificaciones pasadas que expliquen tus comportamientos actuales, encontrarás excusas para seguir fracasando.
Estaba TAN metido en mi papel de “tipo frustrado” que no podía creer otra cosa (ahora lo reconozco con naturalidad, pero al principio me costó aceptar que yo mismo estaba “proyectando” el fracaso en cada intento de transformación).
Pero mi deseo de trascender se fue haciendo más prioritario.
Mi determinación se fue volviendo más fuerte.
Estaba dispuesto a hacer lo que hiciera falta.
Y eso hice.
Cambié la historia que me contaba.
Dejé atrás la Psicología Jurásica que contamina futuros.
Y encontré un nuevo paradigma que parte de lo siguiente:
1. Dónde estás ahora
2. Dónde quieres estar
3. ¿Cómo llegas hasta ahí?
Entonces cambié de Mentalidad y Enfoque.
Abordé el camino desde un lugar NUEVO.
Elegí manufacturar mi propio optimismo.
Elegí seguir creyendo, una… y otra… y otra vez.
Elegí proyectar calma, claridad y confianza hacia el futuro.
Me negué a resignarme a una vida plagada de inseguridades destructoras de sueños.
Y a partir de entonces, cuando fui demostrando esa determinación imparable…
… llegaron guías verdaderamente poderosas a mi vida.
Mi hermana me acompañó con su amor y aceptación radicales.
Mis mentores me enseñaron secretos sobre la mente que no cambiaría por todo el oro del mundo.
Y a medida que fui practicando, explorando e integrando aprendizajes…
… el miedo, la frustración y la tristeza dejaron de ser protagonistas de mi vida.
La magia solo empezó a surgir cuando dejé de contaminar mi futuro.
Por eso la primera semana de nuestros sistemas de transformación está diseñada para dejar de proyectar tu pasado limitante en tus futuras experiencias. Dejas de proyectar miedos, fracasos y frustraciones en tus futuras experiencias. Para que, en cambio, puedas depositar coraje, salud y paz en las rutas que vas a ir explorando (aunque eso no quita que vayas a tener días malos, como cualquier humano del mundo moderno).
Muchas personas empiezan nuestra semana de iniciación queriendo pasarla rápido para llegar a los “experimentos psicológicos”.
Hasta que terminan el sistema, y descubren que la semana de iniciación es la más poderosa, porque te enseña las claves fundamentales que ABREN tu mente a nuevos descubrimientos.
Uno tarde o temprano comprende que, más importante que cualquier técnica, ejercicio o método…
… es como ABORDAS ese proceso.
Si yo he cambiado, tengo esperanza en que también puede cambiar mucha gente que se cree “altamente resistente” .
Pero tendrán que demostrar la misma mentalidad de persistencia, optimismo y hacer que la transformación sea su prioridad nº 1 (dejando en segundo plano ciertas píldoras mágicas, placeres vacíos y hábitos vagos).
La pregunta es:
¿Realmente vas en serio con esto del cambio personal?
¿Es tu prioridad?
¿Estás dispuesto a abordar tu camino desde nuevas mentalidades?
Si no, dudo poder ayudarte.
Pero si lo estás, échale un vistazo a nuestros sistemas aquí y aquí.
Un abrazo,
Íñigo