Hoy empezamos con un tema caliente (y habitual en nuestro camino de Meta-Morfosis).
El clásico… «sé que estoy pensando… ¡pero me siento igual!»
En nuestros sistemas hablamos de las Piensa-Dillas, una forma de «dormirse» en pleno día, perdiéndose en el pensar, donde uno suele acabar sintiéndose tenso, asustado e inseguro… creyendo que sus sensaciones proviene de las circunstancias externas, no del pensamiento tomando forma ahora.
En cuanto alguien me dice «sé que estoy pensando, PERO…», me doy cuenta de que lo sabe a nivel racional, no visceral.
Aquí viene la distinción reveladora:
Como en la pesadilla, sabes lo que estás pensando, no que estás soñando.
Sabes el contenido del pensamiento-> que te persigue un asesino, que se ha muerto alguien que quieres, o que se están riendo de ti…
… pero no estás reconociendo la naturaleza del pensamiento -> que estás despistado en un sueño, mientras en realidad estás durmiendo a salvo en tu camita.
Si dices «ya, ya, ya… si, si, si… ¡lo reconozco!, pero me siento igual» … es que sigues dormido.
Y luego encima amplificas esa sensación desde los mecanismos del Absolutismo Ansioso.
Intentando matar al monstruo del armario, una ilusión (inocente e inofensiva) que no está ahí de primeras.
Las teorías, explicaciones y parloteos no te harán despertar del malentendido.
Abandona esa estrategia de una vez, por favor.
A medida que vayas explorando tu NEO experiencia (no tus teorías) a través de nuestros experimentos psicológicos, tendrás la oportunidad de echar segundos vistazos… observando las imágenes… escuchando los sonidos… y notando las sensaciones… descubriendo nuevos mundos.
Menos teorizar.
Más experimentar.
Juega desde una actitud exploradora.
No intentando estructurar, conceptualizar y encajar todo perfectamente.
Te dejo con una reflexión para esta semana:
Cuando ves una película de terror… ¿por qué no llamas a la policia cuando aparece el malo en escena?
Porque, en la parte trasera de tu mente, comprendes la naturaleza de las películas -> es un actor disfrazado, en una pantalla emitiendo imágenes y sonidos. Si la peli es buena, sentirás un miedo acogedor… y haces algo diferente a lo que haces con las Piensa-Dillas: te das permiso para asustarte… mientras disfrutas de la película… sin darle ocho mil vueltas al asunto… sabiendo que las escenas van y vienen.
Punto.
Fin.
– Íñigo