Vale, deseas control mental.
Entonces deberás acordarte de…
- Latir el corazón
- Respirar
- Hacer la digestión
- Circular la sangre al cerebro
¿Seguro que quieres estar tomando tantas decisiones?
Yo prefiero subcontratarlas a mi subconsciente.
(o mejor dicho, a los procesos subconscientes, porque no existe tal “cosa” como “un” subconsciente)
El control mental existe.
Pero no es lo que mucho creen.
Para definir “control”, vayamos a una acepción poco conocida.
Control significa “la gestión manual – o automática – de un sistema”.
Tú mente<>cuerpo es un sistema.
El problema es que, cuando pretendes controlarlo SIEMPRE en modo manual…
… acabas sintiendo descontrol total.
¿Por?
¿No debería ser al revés?
No, porque así no funcionan los sistemas.
Antaño los aviones no tenían piloto automático. Los pilotos navegaban a ojo, teniendo que estar controlando todo continuamente. Volar era muy estresante y peligroso. Mi padre es piloto comercial retirado, y me cuenta que hoy en día el piloto es casi insignificante. El 90% o más de las actividades las hace el avión por sí solo. El piloto mientras tanto está leyendo la prensa o echándose una buena siesta. Su única labor es dedicar un 10% de atención a controlar ciertos procesos que re-orientan la nave cuando sea necesario.
En relación a ti, digamos que, del 100% de energía diaria de tu sistema cuerpo<>mente, solo tienes disponible un 10% de control. El otro 90% está gestionado automáticamente por el sistema autónomo (que por eso se llama “autónomo”).
La pregunta entonces, es:
¿Qué haces con ese 10%?
Esos momentos de lucidez los usas para entrenar tu sistema cuerpo<>mente y dirigirlo conscientemente hacia las direcciones que deseas.
Si quieres aprender a hacerlo, podemos enseñarte aquí y aquí.
Pero mi hermana y yo no vamos a enseñarte el típico “control mental” que tantos productos superlativos vende. Ese control que pretende convertir la experiencia en una dictadura absolutista. Ese que tanta ansiedad ha multiplicado por prometer algo imposible.
Nosotros pensamos en sistemas.
Y desde la visión sistémica, el verdadero “control” solo pretende optimizar tu 10%. Porque, si detectas y entrenas esa pequeña cantidad de energía, podrás influir positivamente sobre el piloto automático (y así generar indirectamente pensamientos y sensaciones más agradables, más a menudo).
Encuentra tu 10%.
Ahí está el secreto.
Y a medida que vayas encontrándolo…
… agarra los mandos, con conciencia, y dirige manualmente la nave hacia tus direcciones deseadas.
Luego permite que el piloto automático haga su trabajo.
No caigas en la trampa arrogante del Absolutismo Ansioso que pretende controlar todo, siempre, perfecto, ahora.
Un abrazo,
Íñigo