Quizás odies esta entrada…

… a menos que la “Ley de la Atracción” o “El Secreto” te hayan cambiado la vida para bien.

O quizás lo ames.

Pero hay algo que me molesta mucho sobre este tema.

Recuerdo hace unos años cuando una mujer se acercó a mí y me dijo:

“Oye, ¿tu curso habla de la ley de la atracción?” si lo hace, prefiero no inscribirme porque desde que conocí ese tema… tengo crisis de pánico”

Si te ha pasado como a muchos de mis clientes que ha terminado con el triple de miedos que antes de conocer este “magnético” paradigma…

… o si directamente no te ha funcionado para nada…

… creo que este email te va aportar algo diferente y liberador.

Puede que nunca te hayas preguntado, pero quizás deberías preguntarte:

¿Por qué algunas personas empiezan a experimentar miedo extremo al practicar «El Secreto»?

¿Por qué muchas personas que intentan usar este método de “manifestación” termina más fracasada aún?

¿Cuáles son los verdaderos patrones mentales que comparten las personas que lejos de desarrollar más miedos por conocer la ley de la atracción… multiplican su confianza personal?

Es un hecho: 

La Ley de la Atracción provoca terror en algunas personas.

Mucha, demasiada gente, tras haber visto la película de “El Secreto”, me llega cada día con verdadero terror por haberse quedado con el siguiente mensaje:

“SI LO PIENSAS, LO CREAS”.

o…

“SI PIENSAS ALGO MALO… ¡TE PASARÁ!”

Si uno piensa todo el día en salud, bienestar, riqueza y demás cosas positivas, pues genial, supongo…

PERO…

¿Qué pasa con las personas que inevitablamente también piensan en temas como enfermedades, accidentes o malestar? ¿están destinadas a vivir en un infierno y acelerar su propia muerte?

o…

¿Hay aquí un malentendido fundamental?

.

Sí… ya sé que algún purista de La Ley de la Atracción me va a decir que “esta gente no ha entendido la esencia de la enseñanza” y que “El Secreto es una basura comercial ultra-simplicada” y demás… pero ya haré otro vídeo sobre eso.

.

Hoy vamos a ver la gran falacia que lo explica.

La Ley de la Atracción genera tanto terror psicológico porque la persona termina cayendo en un tipo de razonamiento primitivo e impreciso:

Se hace a la idea de que ese pensamiento es la única razón para provocar el efecto que obtiene, sin considerar que la realidad es mucho más compleja y está constituida por muchas más variables, algunas de ellas incluso fuera de su conciencia.

Te voy a poner un ejemplo:

Digamos que alguien suspende un examen. Al recibir el resultado, está tratando de explicarse el fracaso; muy pronto, acepta que en varios momentos durante los días anteriores al examen, pensó en que iba a suspenderlo.

¿Fueron esos pensamientos los responsables de haber atraído el fracaso?

Lo digo aún mejor: 

¿Fueron esos pensamientos los ÚNICOS responsables de haber atraído el fracaso?

Nota que estoy aceptando la posibilidad de que esos pensamientos ciertamente tuvieran un papel en el resultado obtenido. Quizás el haber pensado en fracasar bajoneó su estado anímico… lo que provocó que estudiara desconcentrado… y que finalmente no pudiera hacer el examen de buena manera.

Como dije, ¿fueron estos pensamientos la única causa del resultado?

¡NO!

No puede ser.

Tenemos que aceptar que hubo otras variables que participaron en el asunto.

Piénsalo del otro lado:

¿A caso no hay causas mucho más relevantes?

Es decir, ¿qué importan unos pensamientos negativos si, de hecho, ni siquiera estudiaste para el examen? ¿Vas a suspender por haber pensado en fallar o porque no tienes los conocimientos para aprobarlo?

¿Qué te parece más probable?

Y, aún hay más: 

¿cuántas veces has pensado en fallar un examen…

… ¡y NO lo suspendiste!?

¿Qué pasó ahí?

¿Fue que no lo pensaste con la misma fuerza o que el universo andaba ocupado cumpliéndole la fantasía de un accidente automovilístico a otra persona?

¿Por qué esas veces SÍ aprobaste el examen?

Simple:

Porque los pensamientos no pueden ser la única causa de lo que nos pasa.

Y, sin embargo, es fácil caer en la conclusión irracional de que los pensamientos son lo único.

De ahí, el miedo es sólo una consecuencia natural.

¿Por qué?

Porque si te atreves a tener un pensamiento negativo… y, dado que “si lo piensas, lo creas”… podría parecerte irremediable que ese pensamiento influyera necesariamente en el desenlace.

Sé muy bien que hay personas que lidian con facilidad con este tipo de pensamientos negativos… es decir, los tienen y, así como llegaron, los dejan ir.

Pero te recuerdo que aquí estamos hablando de las personas que, por las razones que sean, se inclinan naturalmente a tener pensamientos negativos y a sentir ansiedad por ello.

Entonces, lo que digo es que ésta es una combinación fatal: 

Sentir ansiedad por los pensamientos negativos y agregar la máxima de la Ley de la Atracción suele exacerbar el miedo que las personas experimentan.

Entonces…

Si lo piensas, no necesariamente lo creas. 

Si lo piensas… lo piensas, entre otras muchas cosas. 

Y ese pensamiento simplemente podría ser UNA de las muchas influencias para que algo suceda o no suceda… dentro de otras causas que incluso son mucho más relevantes… porque la experiencia te ha demostrado cientos de veces que no siempre “creas” lo que piensas.

Supongamos que un día te surge el pensamiento de que tendrás un accidente en el coche. Para que ese pensamiento sea fugaz, considera lo siguiente:

¿Pensarlo es lo único que causa los accidentes de coche?

Mejor aún, ¿pensarlo es lo más relevante?

Entonces, considera que hay otras muchas variables y éstas son mucho más relevantes. Por ejemplo, que atiendas a los semáforos, que no des por hecho que los demás siguen las señales, que no uses tu movil… etcétera.

Condensando todo:

La realidad es bastante más compleja… gracias al universo (ja…).

Por eso, relax… pensar negativo sólo es una pequeña variable que no te asegura nada.

Y si quieres practicar las variables más relevantes para potenciar tu éxito y sufrir menos, entra aquí en mi newsletter, o aquí debajo.

Paz.

Íñigo Lacasa.

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