Gran, gran, GRAN parte del sufrimiento psicológico proviene de algo que sucede justo después de experimentar una sensación.

Sientes una energía moviéndose en alguna parte del cuerpo…

… y entonces, comienza el vómito verbal.

Pequeño sabueso, ¿no podías dejarlo en una sensación y punto?

¿Tenías que añadirle 400 historias elaboradas?

No te culpo, pasé años ahí, perdido en películas «terroríficas»

Un cliente nos comenta:

“mi ansiedad es una ansiedad durmiente y que episódicamente se desata y como evito consciente e inconscientemente las situaciones que puedan despertarla pues tampoco me atrevo a aseverar que nunca más tendré ansiedad por lo que todo lo que sea cimentar mi confianza me parece poco”

Aquí ha pasado lo siguiente:

Esta persona nota una energía moviéndose (calor, frío, vibración etc)… y en lugar de contemplarla como una sensación pasajera, producida por el pensamiento tomando forma ahora… empieza a ponerle nombres abstractos y añadirle historias… diciendo que “es ansiedad”… que “se desata”… que “la evita consciente e inconscientemente”… que “no se atreve a aseverar que nunca bla, bla, bla…”

Yo durante años también creí que cuanto más pensara sobre cada experiencia… más en paz me sentiría.

Era como una especie de «droga».

Me encantaban mis historias, porque PENSABA que me acercaban a lo que necesitaba.

(En el fondo las odiaba, porque no terminaban de calmarme de veras)

Y lo peor de todo:

Ignoraba que estaba pensando (aunque me creía que si, si, si…)

Poco a poco, a medida que reconocí el mecanismo inútil, fui dejando de «historiar».

Simplemente perdió el atractivo, como consecuencia de haber visto algo nuevo.

A veces me despisto, como humano cualquiera.

Noto algo… y empiezo a contar historias… como un ratón galopando en una rueda que gira rápido (hacia ningún “lugar”)

Ya dejé de perseguir símbolos abstractos como “confianza”.

Ya dejé de huir de símbolos abstractos como “ansiedad”.

¡Porque NO existen!

Solo son palabras abstractas que has etiquetado a una experiencia.

La palabra no es la sensación.

La sensación no es la palabra.

Una vez empiezas a simplemente notar – momento a momento – sin añadir historias (o al menos ignorándolas)… descubres cómo en realidad estás perfectamente.

No tienes nada que “arreglar”.

Ningún lugar al que «llegar».

Tarde o temprano los vómitos verbales pierden glamour.

Este cliente acaba de terminar de escuchar nuestro sistema de transformación, y comenta que, aunque le ha gustado mucho, “le ha sabido a poco”. A veces pasa. Ese «ansiar más y más», teniendo aquí mismo todo lo necesario. Por eso, le voy a recomendar que permita reposar el proceso unas semanas… y lo empiece de nuevo, buscando ver algo nuevo, en lo que va escuchando (usando la Clave 1 que enseñamos el primer día del método)

Y si quiere profundizar más aún, le invitaré a mi próximo curso avanzado para Navegantes dedicados (pronto te explicaré más sobre esto).

Lo más importante:

Sal de la rueda de ratón.

Te aseguro que no lleva a ningún “sitio” (aunque algunos suelen preferir continuar con sus historias)

Yo ya me harté.

– Íñigo

EXPLORA NUEVOS TÚNELES DE REALIDAD

Ahora puedes entrar gratis en la lista privada de Íñigo Lacasa, donde te enviará cada día un consejo breve y entretenido con el objetivo de ayudarte a…

  • Multiplicar tus resultados en tu desarrollo personal, evitando sobrecarga de información, parálisis por análisis y demás trampas limitantes.
  • Integrar nuevas habilidades cuerpo<>mente<>emoción de formas más rápidas, profundas y estables.
  • Alterar tus pensamientos<>sensaciones de manera efectiva para crecer, expandir y proteger tu éxito integral. 
Escribe aquí debajo tu correo principal y luego pulsa el botón azul que dice “suscribirme”.
    Tu privacidad está 100% a salvo.  Jamás compartiré tus datos con absolutamente nadie. Puedes darte de baja rápidamente pulsando un simple botón dentro de cada email, inmediatamente y para siempre, sin complicaciones.