Ha sido esta mañana.

En la ducha.

Por favor no me visualices en la ducha.

Ok, no tienes remedio…

El caso:

Estaba yo en la ducha pensando y sin pensar, ya sabes, simplemente duchándome. De repente, de la nada, me ha surgido un pensamiento sobre un problema actual que estoy experimentando en mi empresa. El pensamiento era una mezcla de imágenes con un claro diálogo interno que decía:

«¿Por qué sigue pasando esto?».

Justo ahí ha surgido la magia.

Mi mente inmediatamente ha reaccionado protegiéndome de fracasar crónicamente:

«ALERTA: posible potenciación del problema«, se escuchaba en mi psique.

La liberación ha sido instantánea, fíjate:

Al empezar a pensar en el problema, ha surgido la clásica inercia que me «invitaba» a indagar más y más en el problema, sus causas, sus porqués, etc. Seguro que lo has experimentado muchas veces, lo sepas consciente o no. Es una inercia parecida a un canto de sirena. Cuando surge, por unos segundos entras en un trance hipnótico de imágenes-diálogos donde sientes con fuerza que necesitas pensar, pensar, pensar en ello para poder agarrarlo, entenderlo, controlarlo. En ese preciso momento es donde tienes el potencial problema de confirmar el problema.

Eso es, mi querido sabueso:

El potencial problema de confirmar -y por lo tanto cronificar- el problema.

Tu problema no es la realidad, es una forma subjetiva con la que estás filtrando la realidad. Si eliges filtrar tu situación desde el problema -y no desde múltiples soluciones externas al problema- ya sabes lo que vas a encontrar:

Nada nuevo, diferente, mejor.

No estoy diciendo que pensar en tus problemas sea malo.

La diferencia está en *cómo, cuándo y cuánto* piensas en tus problemas.

¿Mesplico?

Porque esa inercia de pensar en lo problemático, lo negativo, lo limitante…

… si te entregas a ella demasiado fácil y frecuente…

… si no tienes [alertas internas] que te ayuden a despertar para inmediatamente cambiar de rumbo hacia soluciones estratégicas y así no cronificar la movida…

… entonces estás jodido.

Estas «alertas internas» que te protegen de fracasar son parte de lo que llamo:

Tu sistema inmune mental.

Un mecanismo que puedes despertar y desarrollar a través de procesos de auto-conocimiento que básicamente te protegen de esas (inocentes pero seductoras) «inercias pro-fracaso».

Alerta, posible solución liberadora aquí debajo, en mi newsletter.

Programa despertadores.

Tu mente está diseñada para ello.

Puedes cambiar.

Íñigo Lacasa.

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