Cuando tú cambias…

… otros se tensan.

Es un hecho.

A menos que hayas tenido la extrema suerte de caer en una familia y construir un grupo de amigos todos súper iluminados y evolucionados, te habrá pasado lo siguiente.

Todo empieza con una o varias crisis que viviste.

Esos terremotos internos te empezaron a llamar. Te llamaron para que hicieras una serie de cambios vitales.

Cambios tipo…

Empezar a decir NO a ciertos planes que nunca te gustaron en realidad. Pero los hacías por agradar y por miedo a ser expulsado del grupo.

Empezar a pensar más en ti y menos en las opiniones.

Empezar a comer más sano, hablar sobre la mente y el éxito, dejar de comer basura y alcohol, y un largo ETC.

Tú has ido cambiando. Y eso te alegra (a ti).

Porque, ante todos esos cambios, fíjate lo que pasa:

A ciertas personas de tu entorno estás sacándolas de su zona cómoda, familiar, conocida, predecible, CONTROLABLE.

La gran mayoría de humanos chimpancés ODIAN salir de esa certeza familiar.

Por eso odian que cambies.

Por eso, inconscientemente, harán todo lo posible por llevarte de nuevo a tus bucles antiguos.

¿Lo hacen con maldad?

Ahí no me voy a meter. Nos da igual.

Lo crucial es que lo han hecho y lo seguirán haciendo. Lo quieras ver o no.

Entonces, aquí viene lo agridulce.

Como no tengas estrategias relacionales efectivas, te hundirán.

Destruirán cualquier nuevo átomo de confianza que desarrolles con todo tu esfuerzo estudiando y practicando esas metodologías que tan bien te hacen.

¿Vas a dejar que lo hagan?

Con todo esto te quiero decir una cosa muy importante para mí hacia ti:

Niégate a retroceder.

Niégate a sucumbir.

Niégate a ser succionado.

Como decía Nathaniel Branden, psicólogo padre de la auto-estima:

«Tu vida es importante. Respétala. Lucha por alcanzar tu más altas posibilidades».

A mí esta parte me costó al principio. Sobre todo con mi grupo antiguo de pseudo-colegas. Que parecían desear llevarme a diario hacia mi basurero antiguo (con muchos trucos psicológicos persuasivos).

Pero me negué.

Y aunque fue incómodo, fue transformador.

Por eso hoy sólo interactúo a diario con 2 tipos de humanos:

1. Personas normales, pero buenas, que me dejan en paz y honran mi camino.

2. Personas fueras de serie que me potencian, impulsan, inspiran, retan, enseñan y todo tipo de éxitos tangibles e intangibles que jamás habría conseguido si me hubiera quedad complaciente con ciertas sabandijas succionadoras.

Si te sientes rodeado de algunas personas que parecen querer sabotear tus cambios, recuerda esto:

No estás solo.

Niégate.

Di NO a la esclavitud de rendirte a los fracasados, envidiosos, acomplejados, narcisistas, conformistas.

Di SÍ a tus sueños. Porque son más importantes que nada.

Y si en algún momento quieres acelerar tu transformación, aquí debajo puedes suscribirte a mi newsletter donde cada día hablo sobre cómo hacerlo.

Íñigo Lacasa

EXPLORA NUEVOS TÚNELES DE REALIDAD

Ahora puedes entrar gratis en la lista privada de Íñigo Lacasa, donde te enviará cada día un consejo breve y entretenido con el objetivo de ayudarte a…

  • Multiplicar tus resultados en tu desarrollo personal, evitando sobrecarga de información, parálisis por análisis y demás trampas limitantes.
  • Integrar nuevas habilidades cuerpo<>mente<>emoción de formas más rápidas, profundas y estables.
  • Alterar tus pensamientos<>sensaciones de manera efectiva para crecer, expandir y proteger tu éxito integral. 
Escribe aquí debajo tu correo principal y luego pulsa el botón azul que dice “suscribirme”.
    Tu privacidad está 100% a salvo.  Jamás compartiré tus datos con absolutamente nadie. Puedes darte de baja rápidamente pulsando un simple botón dentro de cada email, inmediatamente y para siempre, sin complicaciones.